Iconografía de San Bartolomé 

Las representaciones visuales de San Bartolomé a lo ancho de las décadas y siglos han tenido pocos cambios. Por ejemplo, siempre es muy habitual encontrar la representación del santo durante su muerte, en un estante o atado a un árbol. A su vez, es posible encontrar imágenes con él realizando milagros, como es el caso de la resucitación de los hijos del Rey Polimio y cuando se libera a su hija poseída por demonios.  De hecho, es muy común encontrarlo con un cuchillo grande, relacionándolo con su horrenda muerte, por lo que es el santo patrón de los curtidores. También relacionado con su martirio, a veces se ve desollado, mostrando la piel pegada en su brazo como una prenda. Durante la época barroca, las representaciones generalmente se refieren a su condición de apóstol, con una larga túnica blanca, haciendo los escritos sagrados y mostrando el cuchillo. 

También se lo representa sosteniendo un demonio con una cadena. El origen de este símbolo puede ser doble: el primero, San Bartolomé, exige que el Cristo resucitado muestre al malvado «Belial», después de mostrárselo, Jesús indica: «Pise el cuello y pregunte». Y el segundo, según la tradición, expulsó a un demonio, llamado «Astaroth», de un templo donde vivía dentro de una estatua. Demostró la ineficacia de la estatua, que tenía la intención de curar, expulsar al diablo y consagrar el templo. 

Nuestro San Bartolomé lleva en su mano derecha el cuchillo, símbolo de su martirio ya que fue despellejado, en su mano izquierda el evangelio que predicó y sobre su pecho la palma de gloria por su martirio y entregar su vida a Jesús; va pisando la cabeza al demonio, el cual mira al santo con asombro. 

Cuando se trata de su fisonomía, está representado por la descripción que hace Berith de los enfermos y así se cuenta en La leyenda dorada de Santiago de la Vorágine. Es un hombre de estatura promedio, cabello negro rizado, piel blanca, ojos grandes, nariz recta y bien proporcionada, barba espesa y un poco de aspecto grisáceo. 

Martirio de San Bartolomé 

Su destino final se le adjudica a un rey armenio, cuyo hermano había sido convertido al cristianismo por influencia de San Bartolomé. Al igual que los sacerdotes de los templos paganos, que se estaban quedando sin seguidores, protestaron contra Astiages por la obra cristiana. Astiages lo llamó y le ordenó que adorara a sus ídolos. Después de la negativa de Bartolomé, el rey ordenó que fuera desollado vivo en su presencia hasta que renunciara a su Dios o muriera.